La prestación de servicios bancarios es una necesidad para la mayor parte de la población, independientemente del tamaño de la localidad en la que se resida. En la actualidad, los criterios que muchos entes bancarios emplean a la hora de decidir dónde y cómo implantan sus sucursales se centran más en factores económicos y de rentabilidad que en la prestación del servicio. Motivo por el que muchas localidades menos habitadas de comarcas como el Comtat están perdiendo este tipo de servicios. Sus vecinos deben desplazarse a otras poblaciones para ser atendidos presencialmente.
Algo que está ocurriendo durante los últimos años en municipios con más habitantes. Es el caso de Onil, que con cerca de 8.000 habitantes y pese a aumentar población ha perdido dos oficinas bancarias y un cajero automático en los últimos años. Pero esa lógica no es seguida por todos los bancos y cajas. De hecho, una de estas cooperativas de crédito, Eurocaja Rural, acaba de abrir nueva oficina en la villa de las muñecas. Lo hace en pleno centro, en la Avenida de la Constitución, una de las arterias de la localidad. La caja cumple así con una de sus máximas a la hora de atender a sus clientes: la atención presencial.
Cara a cara
Esta apuesta diferencia notablemente a esta entidad financiera del resto de bancos y cajas presentes en la localidad, que suelen preferir remitir a sus clientes a los cajeros automáticos para realizar trámites. Una forma de actuar que comporta, en muchas ocasiones, molestias para los usuarios, especialmente para los mayores, no tan acostumbrados al uso de la tecnología en su economía doméstica.
Eurocaja Rural busca también con la apertura de esta oficina nutrir de crédito al tejido productivo colivenco en una oficina que abrirá entre las 9 y las 14h. Esta cooperativa de crédito comenzó su implantación en la Comunitat Valenciana en 2017 y la de Onil es la oficina número 29 que abre en la provincia de Alicante. El total de oficinas activas en la región supera las 50.